Mes de la Herencia del Imigrante: Angélica
Angélica se mudó a los Estados Unidos desde Brasil para estar con su esposo. Cuando nació su primer hijo, Gabriel, Angélica notó signos de retraso en el desarrollo. Cuando se lo contó a los médicos de Gabriel, estos les restaron importancia a sus retrasos y le dijeron que no se preocupara. Sugirieron que los retrasos puedían ser debido a que habla dos idiomas en casa, lo que ella sabía que no era cierto.
Cuando Gabriel comenzó el prescolar a la edad de 3 años – una experiencia que Angélica llama “una bendición en su vida” – la maestra validó las preocupaciones de Angélica sobre el desarrollo de Gabriel. Ella recomendó una evaluación de Autismo.
Luego, Angélica llegó a su primera reunión de IEP. No entendía el papeleo, se sentía confundida y todavía estaba afligida y procesando el sabe que su hijo tenía una discapacidad estaba teniendo dificultades. Comenzó a leer y aprender todo lo que pudo sobre el proceso de educación especial. A pesar de su fluidez en inglés, se encontró dudando su propio conocimiento de inglés cuando se encontró con términos legales que no entendía. Se conectó con los recursos de la comunidad para educarse y satisfacer las necesidades de desarrollo de Gabriel a través de otras vías, además de la escuela.
Hoy en día, Angélica utiliza el conocimiento y las conexiones que ha adquirido a través de sus propios estudios para ayudar a otras familias inmigrantes, y con dominio limitado del inglés, a navegar los sistemas de salud y educación. Ella recomienda a los padres inmigrantes a defender sus derechos y no tener miedo a hacer preguntas. Le da alegría empoderar a otros padres y verlos establecer relaciones con las escuelas y las partes interesadas para mejorar las condiciones de todos los niños, independientemente de su herencia o del idioma que hablan.
Y está orgullosa de su herencia brasileña, transmitiéndola a sus hijos a través de las “noches familiares” de los viernes, escuchando música brasileña, leyendo cuentos brasileños y compartiendo con sus niños los juguetes artesanales brasileños que Angélica disfrutaba de niña.
A pesar de las barreras que ha enfrentado, Angélica está agradecida por las oportunidades y la seguridad que Estados Unidos le ofrece a ella y a su familia, la libertad académica en las escuelas estadounidenses y la oportunidad de aprender junto a sus hijos a través del aprendizaje remoto.